El Mar Que Nos Miraba

Nos fundimos en un atardecer
con la plenitud del mar
como veraz testigo
tú clavabas tus ojos en los míos
yo perdía los miedos en tu piel.

Abandonados a los besos
al silencio necesario del abrazo;
éramos dos piezas que se unían
sobre la sudorosa luz de un cuarto
traspasando el umbral de lo prohibido.

Sobre el aire danzaron mariposas
pintadas con la tinta de los besos
y los colores desnudos del amor;
dos cuerpos amando por primera vez
saldando su deuda con el tiempo.

Dos almas gemelas reencontradas
desnudas sin pudor entre las sábanas
enredadas en los surcos de la piel
vestidas tan solo de su sombra

mojadas por el mar atlante
que a lo lejos y en silencio, nos miraba.

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los Grillos Del Alba Sola Y Vacía

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