Veleros Perdidos
Vuelves a mí, mujer
y vuelvo a ti, sin miedo;
la luz fecunda nuestros ojos
susurra tu piel entre mis labios
tiembla mi boca entre tus dedos.
Ya te buscaba en los soles de poniente
ya te esperaba en el albor de las auroras
mientras soñaba con pájaros inquietos
jugando en el viento de tu piel
bebiendo el azahar de tu cabello.
Hoy vuelvo a ti, después de tantos años
con este corazón gastado de quererte;
atrás quedó el camino herrumbroso del pasado
dormido en el clamor de savia nueva
y siento en mi interior
que aquellos años, hoy parecen siglos…
veleros perdidos, en el arcano bullicio de las olas.
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