Simplemente…
Tengo la piel frágil y blanca
los ojos del color de la esmeralda
tengo también, las manos ásperas
el alma a veces roja por la herida
y a veces, del color de la esperanza
Y también te tengo a ti, abierta sobre el aire
moviendo las flores que me llevan a tu voz
hacia el rumor del mar en que tu beso habita
húmedo y hondo como el cáliz de la noche
suspendido sin saberlo entre la luz de tus pupilas
Tantas vueltas habré dado buscando tu sonrisa
para al fin comprender que nada es dado,
que todo nos viene por casualidad
que las cosas suceden, simplemente…
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