Volveré a ti para perderme
en tus mares, nuevamente
y una vez más será, de nuevo
la primera vez que yo te encuentre.

Llegaré a ti, con verde inercia
con los ojos cargados de inocencia
con la sangre de guerras ya pasadas
y el corazón convulso de impaciencia.

Y cuando al fin la noche nos alcance
y nos envuelva la pasión en silencioso canto
cuando el aire del azahar nos lleve al trance
libaremos las almas, prisioneras de su carne.

Y sobre tus manos orientadas al crepúsculo
te juraré mi amor eterno, nuevamente
con los estambres de la noche por testigos
con mis labios como lápiz; como papel, tu vientre.