Contigo, Pan Y Vino
Me habita tu recuerdo
como el sabor más dulce
que el paladar conozca;
como un río sin freno
como un vendaval a campo abierto
que me empuja hacia tus brazos
y me arrastra el alma sin remedio.
Todo me lleva hacia tu nombre
hacia tus ojos pintados de obsidiana
pues nada hay ya fuera de ti
nada más, salvo el silencio
salvo espacio, lluvia y viento;
mortecino campo de humo y sombras
bajo las alas de un cielo negro y denso.
Contigo pan y vino
sal y azúcar, uña y carne
el calor del fuego al alba
el abrazo extendido de la noche;
el paso lento del agua
que nunca me canso de beber
sobre el rocío de tu cuerpo.
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