Poema Nocturno
Vives por siempre en mí, silente
llegaste una tarde y te quedaste
definitivamente
al igual que se queda la infancia,
intacta en la memoria.
Te quedaste en mi calor
como un pensamiento recurrente
como si fueras juramento
una oración siempre repetida
sobreviniéndome en la noche.
Con los labios cerrados
yo te nombro
en esta insoportable ausencia
en este proceso ineludible y doloroso
que es pensarte, y no tenerte.
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