Desde El Alma, Hasta La Carne
Qué dulce es el amor
si nace de tus labios
porque son rojos y bellos
como pétalos de fuego, como el alma;
amarte es el mejor de los oficios
besarte una necesidad que no se calma.
Qué suerte vivir para mirarte
sentir que lo soñado se hace vida
que el aire se hace pájaro sagrado
volando sobre el ansia desvalida;
amarte es volver a mis principios
a un infinito antes remoto, y ahora mío.
Qué fortuna volver a enamorarte
amarte desde el alma, hasta la carne
prometerlo, recurrente, cada día
venciendo a los miedos y a las sombras;
más allá del sol y de la luna, yo me entrego
pues para amarte, amor, nunca fue tarde.
No hay comentarios