Se le Iba El Alma
La llevo en el recuerdo.
Su pantalón azul,
su chaqueta a juego,
Su camisa blanca,
sus tacones kilométricos.
Recuerdo sus ojos
iluminando la estancia,
iluminando los míos,
cada vez que me miraba.
Todo a su alrededor,
todo sobraba;
los adornos, las personas.
Todo salvo su voz,
todo salvo su aroma.
Hasta yo mismo estorbaba
Recuerdo su sonrisa,
interminable;
la misma que mostraba,
confidente,
las grietas infinitas
por donde se le iba el alma
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