Dejo caer mis besos por tu piel
y la carne misma te huele en cada beso;
porque besarte es más que amor
más que el tacto de mi boca por tu vientre
o el sabor de tu piel entre mis labios.

Besarte es una ola de rocío
un bocado de mar, un río…
…es la inquietud apresurada del deseo
la sangre que se inmola desbocada
desnudándose impaciente por tu cuerpo.

Rozo tu piel y siento lo perfecto:
tu aroma aún sin estrenar
el espasmo de mi piel al encontrarte
como un arroyo en el verano
transparente, silencioso y lento.