No sé si podría amarte
amor de otra manera;
este quererte
segundo tras segundo
sin minuto de reposo
ni paz que lo contenga.

Quizá pudiera amarte
con palabras dóciles
entre la sombra y el silencio
en el calor latente de los labios;
pero en tus ojos brota la noche
y se incendia el mar
como lluvia de espuma
cuando rompe entre las rocas.

Tú que llegaste de puntillas
-lentamente-
no puedes ser salvo la rosa
el enigma de los bosques
el beso dormido en las palabras
que no saben de tiempo, ni medida