El viento del sur

El viento del sur me trae acordes, sonidos de alegría, de llantos y pasiones, de voces de fiesta y regocijo. Pero no la reconozco, ni la entiendo, en ninguno de esos cantos. Tanto tiempo sin oírla, que hasta su voz ya olvido. El viento del sur me dice que de su vida, hace tiempo, ya he salido. El viento del sur me canta, me cuenta y me encanta. Me embriaga y me anuda el corazón. Pienso en ella mientras le escucho; y le pregunto: viento, ¿Acaso vienes tú de donde mora ella? ¿Cómo es su cabello? ¿Lo has tocado? ¿Lo has mecido entre tu brisa? Y el viento calla, como callan las verdades dolorosas. Sólo oigo su silencio. Una vez más, descubro mi pensamiento, lleno de ella. ¿Qué hará ahora? ¿Estará el Sol acentuando su belleza? ¿Estará el agua quizá jugueteando con su espalda? Quisiera ser esa agua, ese Sol, ese viento que al menos, por una vez, la han besado y la han sentido. Me vuelvo loco pensando que la han rozado, que los ha sentido a ellos… ..Quisiera ser tú, gota de agua que desciende por su cuerpo.. …Quiero ser tú, viento, que enredas su cabello. Quiero ser tú, Sol, que iluminas su rostro y lo adornas de colores, mientras esperas la llegada de la noche… ..Dime viento: ¿Me ha pensado alguna vez como yo la pienso este momento? Nadie me contesta: sólo obtengo la respuesta del silencio. Todo se calla; El viento del sur se va; Y yo me quedo solo, añorando sus manos, sus labios y sus besos.