Te reconozco,
en todos mis sentidos
te recordaba incluso
cuanto éramos olvido
en aquel amor que un día conocimos
cuando estrenábamos los besos
cuando aún éramos niños.

Pues este amor por ti
viene de lejos
desde la luna adolescente
cuando éramos jóvenes y perfectos
cuando tu mano conoció mi mano
y mi boca se anclaba de tus besos
bajo la fija mirada del lucero

Hoy vuelve aquel amor que un día conocimos
la mirada cómplice
el fuego de los besos
y, sin quererlo
volvieron del olvido
la paz y el gozo de querernos

esa misma paz y gozo
que antes intuíamos tan lejos.